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POKLADE.

REPORTAJE REALIZADO POR BALÁSZ VARGA  @nebulon8

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ABOUT THE AUTHOR

Balázs Varga, fotógrafo documental existencialista y subjetivo licenciado en sociología. En sus proyectos investiga el mundo místico de los sueños y el subconsciente, así como los fenómenos sociales del entorno humano (pueblos, ciudades). Últimas publicaciones:

2022 "Liminality" - exposición SOLO, Random Gallery

2021 "Paralell Locations" - Exposición colectiva, Galería Random Dokubrom

2021 "Come Closer" - Exposición colectiva, Galería Random Dokubrom

2021 Exposición "Élet/Kép" - Exposición colectiva, Festival de Fotografía de Budapest, Kiscelli Múzeum

2020 "Annus Horribilis" - Mención de honor en la exposición en línea de la revista Float

2020 "Pipe Dream" - Portafolio en el número 104 de F-Stop Magazine. ¡CHECK MORE INFO EN SUS REDES!

Poklade - "lo que hay detrás de la máscara es la oscuridad del subconsciente" "Poklade" es un festival tradicional que se celebra en la ciudad de Mohács, en el sur de Hungría. El evento tiene orígenes mixtos croatas, serbios y húngaros. Cada año, durante toda una semana, más de 60.000 personas vienen de toda Europa del Este y los Balcanes para ver a los monstruos con máscaras de madera y enormes disfraces de piel de oveja, ahuyentando el invierno.

 

Los primeros recuerdos escritos sobre esta tradición popular se remontan a finales del siglo XVIII. Los monstruos llamados "busó" van acompañados por los "sokác", que llevan la cara cubierta con un velo, y los "jankele", que visten harapos. Durante el día, los grupos de busó desfilan por las calles con sus extraños vehículos autoconstruidos asustando y bromeando con los visitantes. Hay vendedores, conciertos, espectáculos de danza folclórica y camiones de comida para entretener a la gente. Por la noche, algunos lugareños abren sus jardines a los invitados para que beban y charlen, mientras otros montan hogueras en las calles. Este acontecimiento es muy importante para que los lugareños conserven su identidad y se relacionen entre sí y con los visitantes. Al cubrirse el rostro con máscaras, los participantes se transforman en criaturas de otro mundo, a las que ya no se aplican las normas y la moral habituales. 

Pueden mantener ocultas sus identidades, mientras se encuentran en una mentalidad peculiar que no guarda relación con su vida cotidiana. La transformación también está alimentada por el alcohol, por lo que la rabia se hace más intensa por la noche. Formar parte del "grupo busó" es cada año más popular entre los jóvenes de la ciudad, el año pasado se registraron casi 2000 participantes disfrazados. Cuando fui por primera vez a ver y fotografiar el evento en 2016, me impresionó inmediatamente la fuerza y la energía que se presentaba. Lo que me hizo interesarme en documentarlo, y visitarlo durante 4 años seguidos, fue ese espíritu pagano primigenio y crudo que estaba obviamente presente durante estos días. Sabía que no quería hacer un reportaje regular del evento, sino captar ese cierto pulso que viene directamente del antiguo subconciente común.

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