top of page

COMBATIR EL EXTREMISMO CON EXTREMISMO

REPORTAJE DE CARLO CHEDID fotoperiodista establecido en el Líbano @carlochedid

En el pueblo norteño de Tekrit, en la gobernación de Aakar (Líbano), Abed y su grupo de vigilantes se autoproclaman justicieros. Pasamos algún tiempo siguiendo y cubriendo sus misiones y su vida cotidiana.

Después de un mes sin acceso al agua corriente, Abed y la banda tomaron cartas en el asunto: encontró una tubería de agua vecina a unos cientos de metros de su pueblo. Este fue un gran descubrimiento ya que la tubería tenía mucha presión de agua. Suficiente para abastecerle a él y a sus amigos y familia. Él pensó en una manera de conseguir un poco de vuelta a su casa.

 

Primero, tuvo que llegar a la fuente para cerrar el grifo principal y así construir una conexión de vuelta a su pueblo.Tenía información sobre la ubicación y los planos de la estación principal de distribución de agua. Una gran fuente de agua que está cerca en el norte. Sin embargo no suministraba recursos a su zona.

8.jpg

Este fue su motivo, un injusto sistema que elige distribuir los recursos al azar, ignorando a los más necesitados. Una voz, para los sin voz. Sin embargo, no podría tener un efecto más allá de él mismo y de su círculo cercano.Lo único que quedaba era asaltar la estación de distribución de agua.Ese día llegaron con las armas fuera y obligaron al empleado de la compañía de agua a abrir la puerta.Tras un poco de alboroto, la misión fue un éxito. Se cavó un agujero en el tierra, se instalaron tuberías de PVC y el agua fluyó abundantemente hasta su casa.

2.JPG
3.jpg

Otro día, en el que las cosas parecían demasiado tranquilas para ser verdad, se recibió la noticia de que el ex ministro de Asuntos Exteriores, Gebran Bassil (y anteriormente ministro de Agua y Energía) estaba llegando a la ciudad para hacer su ronda anual de campaña política. No era una figura bien recibida, incluso en su bastión del norte Furioso, decidieron formar un bloqueo físico de la carretera. Agarrando todo lo que podían, desde palos hasta bastones y piedras. Eran los sospechosos habituales, Abed, Omar, Mohammad y Abu Walid. Habían reunido a una multitud y la situación se estaba volviendo alborotada hasta que los militares descendieron para abrir la carretera y acabar con la revuelta a pequeña escala que intentaban conseguir.

Se produjo el caos: al acorralar a los muchachos, éstos habían bloqueado involuntariamente el paso a otro pueblo. Un transeúnte salió de su coche y disparó disparos al aire, una clásica táctica de miedo de las autoridades a los ciudadanos propietarios de armas de los ciudadanos. Se oyeron otros disparos, como respuesta, desde el pueblo de Tekrit.

El ejército los mantuvo acorralados mientras el ex ministro terminaba su ronda política.

 

El tercer día lo pasamos con Abed y los chicos, en Tekrit. Una sentada clásica descubriendo su pequeño pueblo, sus medios humildes y su carácter combativo. Un pico en la vida en la montaña. Un paseo por la vegetación, fumar hachís y beber café.Las armas de fuego nunca se apartan de su lado.

9.JPG

GALERÍA COMPLETA - DOBLE CLICK PARA VER LAS FOTOS

bottom of page