El gimnasio local "Quadraro Boxe" nació en el distrito de Quadraro, en el suburbio sur de la ciudad de Roma. Es un barrio lleno de contradicciones: tanto geográficas como humanas. Es el más extenso y el más densamente poblado de Roma: una ciudad dentro de otra ciudad. Este enorme número de ciudadanos significa perderse en el barrio: en las calles, o en ellos mismos, o también en los cientos de viviendas públicas. "Quadraro Boxe" nació con la idea de perderse. Se fundó en 2009 a partir de la ocupación de un garaje abandonado. Desde ese momento el objetivo principal de este gimnasio es reurbanizar todo el barrio, convirtiéndose en un símbolo. "Quadraro Boxe" significa dar oportunidades a los que de otra manera no las tendrían.

El símbolo dentro de un símbolo es, sin duda, Armando Casamonica. Este apellido pesa, resuena como un eco en las crónicas romanas. Pero el apellido es una herencia, algo que no se puede rechazar: una carga que conlleva prejuicios, aislamiento, ansiedad. Para Armando es una batalla dentro de la batalla, tratando de demostrar que no es sólo un apellido sino un boxeador profesional. Cuando alguien empieza a ser un boxeador profesional, la dedicación y la perseverancia van a tomar parte de uno mismo. El objetivo es luchar hasta el último gong del combate, resistir hasta el último segundo de un entrenamiento, mantenerse concentrado hasta el último momento del día. Para Armando hay una carga dentro de una carga. Armando lleva consigo, en cada segundo de su vida, todas las dicotomías, todos los contrastes, todos los prejuicios. Sube al ring todo esto y trata de demostrar en cada combate, en cada entrenamiento, que no es sólo un apellido. Persiste hasta el último gong del partido, hasta el último minuto del entrenamiento, hasta la última calle de Quadraro.